Filosofía
Si tuviera que definir mi forma de trabajar con una palabra, esta sería artesanal. Es cierto que existen traductores automáticos y herramientas informáticas que agilizan nuestro trabajo, pero creo fervientemente que una buena traducción requiere paciencia, creatividad y precisión lingüística, algo que una máquina difícilmente puede emular.
Por consiguiente, y para no reducir la calidad de mi trabajo, no traduzco más de 2000-2500 palabras al día.
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